Olivia Arévalo Lomas era una curandera, "Meraya", y legendaria Peruana que fue activista de los derechos indígenas quien fue supuestamente asesinada por un Canadiense llamado, Sebastian Woodroffe.

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Lomas nació en el país de Peru en el noreste cerca de n Victoria Gracia.

^[0]Ella creció y fue criada en el tribu llamado Shipibo-Konibo cerca de Ucayali.

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Pertenecía a la comunidad de San Rafael de Masisea, una comunidad surcada por el Ucayali.

Río descubierto por Juan Salinas en 1557, bautizado primigeniamente como San Miguel y que, con el tiempo de jesuitas y franciscanos, terminó siendo el Ucayali.

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** Desde que era una joven, ella aprendió sobre las tradiciones de su gente acerca de las propiedades curativas.

Como Meraya, ella dominaba los espacios cósmicos, traspasaba libremente los límites de la condición humana y, por su fuerza propia – koshi- y su saber – omam- buscaba el equilibro de los hombres con el universo.

De allí que la naturaleza era su vida y el hombre era parte de ella.

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Hablaba con los Yoshin, los espíritus intermediarios entre las fuerzas creadoras y los hombres.

Enfrentaba al extraño, peor aún al que quería destruir su naturaleza, los consideraba: “gentes que poblaban las oscuridades subterráneas”.

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Por muchos años, Lomos era una curandera solicitada por extranjeros para ofrecerle lecciones sobre las técnicas que ella sabe acerca de curación.

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Arévalo Lomas cumplía un rol fundamental en la protección del medio ambiente, amenazado por actividades como el narcotráfico, la tala indiscriminada y la minería ilegal.

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Ella **** era conocida por cultivar la medicina tradicional y los cantos sagrados de su pueblo (Íkaros), declarados Patrimonio Cultural en junio del 2016 por el Ministerio de Cultura, debido a que constituyen un elemento transversal de la cultura de la etnia shipibo-konibo, según refiere el diario El Comercio.

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En el jueves 19 de abril de 2018, después de los miembros del tribu Shipibo-Konibo descubrieron a su líder y sanadora legendaria, Olivia Arévalo Lomas, muerta con cinco balazos en su pecho, una búsqueda a uno de sus clientes llamado Sebastian Woodroffe comenzó.

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Los miembros tribales acusaron al canadiense de haber cometido un asesinato y lo nombraron como el principal sospechoso en el asesinato de Lomas.

^{[10] [8]}En lugar de ir a través del tribunal de justicia en Perú, miembros y los líderes del Tribu tomaron el asunto en sus propias manos, y empezaron un linchamiento contra Woodroffe después que fue localizado.

Finalmente, el canadiense fue estrangulado a la muerte y luego enterrado en el área.

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